Todos hemos querido siempre un profesional que no solo nos atienda a nosotros mismos, sino que pueda ser el médico de cabecera que atienda a nuestros hijos, padres, y hasta abuelos. Pues bien, esto es una realidad con los médicos familiares, quienes abordan al paciente con una visión holística, es decir, considerando los aspectos bio-médicos, psicológicos, sociales o espirituales para entregar un diagnóstico. A ellos pueden acudir personas de todas las edades, para un chequeo de control, o por seguimiento de alguna enfermedad; en cualquier caso, lo que prima es el bienestar del paciente, orientando a la vez, sobre hábitos de vida saludable y medidas preventivas para cuidar de su salud.
Pero, ¿cómo surgió la medicina familiar en Colombia? Fue gracias al Dr. Diego Mejía Gómez, fundador de la Universidad del Valle en Cali, quien en el año de 1984, luego de regresar de realizar su especialización en Medicina Familiar en la Universidad de Washington, decidió crear esta especialidad en dicha Universidad, adaptándola al contexto Colombiano. Posteriormente, le siguieron otras universidades en Bogotá como la Universidad Javeriana, la Universidad de El Bosque, la universidad de la Sabana, la Universidad Juan N. Corpas, la Universidad de Ciencias de la Salud, extendiéndose desde el año 2007 a otras Universidades del país: Universidad del Cauca en Popayán, Universidad de Santander en Bucaramanga, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia- UPTC de Tunja, y la Universidad Pontificia Javeriana de Cali.
Ahora bien, hoy día, gracias a todas estas Universidades que forman estos especialistas, la medicina familiar se ha convertido en una alternativa para responder a los problemas de salud del núcleo familiar, lo que resulta altamente efectivo tanto para el usuario, como para el Sistema de Salud. Algunas de las patologías que puede tratar este especialista son enfermedades respiratorias, gastrointestinales, urinarias, intermusculares, cardiovasculares no complicadas como hipertensión arterial, niveles altos de colesterol, diabetes mellitus tipo 2, hipotiroidismo; depresión, ansiedad entre otras.
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